Esta actividad se realiza en la Precordillera, Cordillera Frontal y Central de los Andes.
Desde esta perspectiva podemos desarrollar el arte del avistamiento para poder sentir al ave más grande del mundo cortar el viento con sus alas negras y eternas.
Es asombroso verlas en su habitad natural enseñando a sus pichones la danza majestuosa del vuelo, la obtención de su alimento y todos los misterios que envuelve su conservación durante tantos años.
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